Por una intoxicación, tambero entrerriano perdió más de una decena de vacas embarazadas

Días atrás el productor tambero Sebastián Uhrich, que tiene su explotación a la vera de la ruta 35, Seguí-Don Cristóbal (que une Departamentos Paraná y Nogoyá), sufrió la pérdida de más de 10 vacunos Holando debido a intoxicación por nitrato en los rollos que consumieron, un mineral que quedó en éstos por una falla de manejo.

Se trató de un lote de vacas secas, próximas a parir, alimentadas con rollo de avena, lo que les provocó la intoxicación severa. Los síntomas comienzan con dificultades para la respiración, además de severa gastroenteritis, casos que se han reportado últimamente debido a la gran sequía durante tiempo prolongado, que produjo mayor concentración de nitrato en los pastos.

Según explicó a Paralelo 32, el veterinario Horacio Heberlein, el tambero hizo rollos cortando la avena al ras, y le dio un tiempo de oreo insuficiente, demasiado breve para las características de las plantas cortadas.

La plantación de avena era muy alta, como se dice habitualmente vino con mucho vicio, por lo que el oreo fue imperfecto por la época del año, con días húmedos y de poco sol. No llegó a secar bien y en consecuencia, al enrollarla hubo problemas. En los troncos de la cañazón ingresó nitrato proveniente de la tierra y una vez que los animales lo ingirieron, el tóxico del nitrato seguía en esos troncos, por lo que a la mañana el tambero se encontró con más de 10 vacas muertas.

¿Se puede prevenir?

Según el doctor Heberlein, es difícil prever estas intoxicaciones. Hay alguna chance teniendo un continuo control sobre los animales y ante el primer síntoma tratar de salvarlos, pero, para ello es necesario colocarles suero con medicación y cuando son varios los que presentan los síntomas de intoxicación resulta muy difícil, más en este caso que sucedió en horas de la noche.

En cualquier circunstancia la muerte de varios animales representa una importante pérdida de capital para el tambero o el criador, además del lucro cesante, en un año cuando resulta mucho más difícil la recuperación del mismo.

La reposición de una vaca hasta su edad productiva requiere más de dos años de alimentación y cuidados hasta el primer servicio y de tres años hasta el primer parto. Este dato es obvio para el productor, pero lo citamos porque suele cometerse el error de hacer un simple cálculo de peso del animal por valor producto. Se trata de animales cuyos cuidados sanitarios son caros desde su nacimiento mismo, pero hay imprevistos difíciles de prever.