Un Estado con ausencia planificada: más de 700 pediatras del país alertan sobre el hambre infantil
NACIONALES25 de julio de 2024El EnfoqueDe manera reciente, más de 700 pediatras de todo el país lanzaron una carta abierta titulada “No al hambre de las niñeces en Argentina y sus familias”, donde denuncian que las decisiones tomadas por el gobierno nacional afectan el nacimiento y crecimiento de las infancias y adolescencias argentinas.
En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, la pediatra firmante Inés Larramendy apunta: “Queremos que la población se entere de lo que está sucediendo pero, principalmente, apelar a que el gobierno nacional y los otros dos poderes del Estado reflexionen para que esto no se convierta en una tragedia sanitaria”.
Según el Indec, más del 40 por ciento de la población es pobre y la indigencia ronda el 12 por ciento. Aún así, el ministerio de Capital Humano, liderado por Sandra Pettovello, no reparte cientos de alimentos que tiene guardados en galpones y que deberían ser destinados a comedores comunitarios y merenderos. En la carta, los y las pediatras denuncian, ante esta decisión, que la falta de medidas para garantizar “la continuidad de la alimentación de las niñeces y sus familias atenta contra su vida presente y futura”.
“Con un plan organizado, el Estado decidió no repartir ni comprar más alimentos. Nos duele personalmente cada chiquito o cada embarazada con hambre que vemos porque sabemos que el fruto de ese embarazo va a ser nuestro paciente en un futuro y que va a nacer en condiciones diferentes a las de una madre bien alimentada”, explica Larramendy.
Los relatos de los pediatras de las distintas provincias, y que en su gran mayoría atienden en barrios populares, coinciden en que las infancias viven día a día con la sensación de hambre y que cubren, con suerte, una comida al día. Si esto se vuelve crónico, detalla la pediatra consultada por la Agencia, se transformará en un problema biológico, lo que implica: carencias nutricionales, falta de hierro y vitamina D, daños en los tejidos y en el sistema nervioso central (el cual se desarrolla prácticamente en los primeros dos años de vida).
“Tampoco se está cumpliendo el Plan 1000 días, destinado a la atención y cuidado integral de la salud durante el embarazo y la primera infancia”, señala Larramendy. A su vez, en la carta abierta se explica que según la Ley de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (Ley 26.061/2006), los pediatras junto con las familias y la comunidad son responsables de velar por los derechos de las infancias y luchar por ellos en caso de que sean vulnerados.
“Salimos a hablar no solo porque nos duele la situación sino porque de otra manera estaríamos incumpliendo con la ley, sabemos que el silencio es cómplice”, explica Larramendy. Asimismo, enfatiza que el gobierno tampoco está cumpliendo tratados internacionales que tienen jerarquía constitucional, como la Convención sobre los Derechos del Niño y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
No hay tiempo
Todo esto es contradictorio para el gobierno, que desde el día de su asunción aseveró: “Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”. “Incluso dicen que quieren una escolaridad mejor pero si tenés a chicos con hambre es imposible pensar en eso. Las infancias que hoy no comen o lo hacen apenas no van a poder pensar en una escuela ni van a poder elaborar un pensamiento abstracto, desde el punto de vista cognitivo, porque van a estar dañados por la falta de nutrientes”, denuncia Larramendy.
Si bien gran parte de los y las pediatras que firman la carta forman parte de la Sociedad Argentina de Pediatría, la institución como tal aún no ha lanzado un comunicado oficial por cuestiones burocráticas pero, en palabras de Larramendy, una infancia con hambre no puede esperar los tiempos de la burocracia.
“En 2001, el titular de la Sociedad de aquel entonces, Horacio Lejarraga, dijo en la Cumbre Mundial en favor de la Infancia que descuidar a los niños es descuidar el presente y el futuro y ahí la economía no tiene sentido porque el verdadero riesgo país que todos los días nos aparece en el televisor son las infancias”, rememora Larramendy. Y agrega: “Esa era la postura de la Sociedad en la crisis del 2001 y es la que tendríamos que replicar ahora”.
(Agencia de noticias Universidad Nacional de Quilmes)