Cristina llamó a la oposición al diálogo y dejó su candidatura presidencial en suspenso

La vicepresidenta encabezó, en el estadio Diego Maradona en la ciudad de La Plata, su segunda aparición pública desde el intento de magnicidio. Para la dirigente, se pueden ganar las elecciones si los argentinos "tiran para el mismo lado".

POLÍTICA17 de noviembre de 2022El EnfoqueEl Enfoque
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La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó este jueves en el Estadio único de La Plata el acto nacional por el Día de la Militancia, que el peronismo celebra cada 17 de Noviembre en homenaje al regreso de Juan Domingo Perón del exilio. La ex jefa de Estado exhibió más señales de acuerdo que cruces con la oposición y marcó límites con los libertarios y el Poder Judicial. Ante el operativo clamor por su candidatura presidencial, no se lanzó pero dejó la puerta abierta: "todo en su medida" y "que la gente decida", sugirió.

El acto estuvo organizado por el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, que preside Máximo Kirchner, La Cámpora, las dos CTA y la Corriente Federal de Trabajadores del bancario Sergio Palazzo. Decenas de miles de militantes se congregaron en el Estadio Único de La Plata. Fernández fue la única oradora y salió al escenario pasadas las 19.30.

Perón, Yrigoyen y Alfonsín

La vicepresidenta dedicó el comienzo de su discurso a reivindicar tanto al justicialismo como al radicalismo, al que le envió un mensaje de conciliación en pos de un "pacto democrático", con alusiones a los gobiernos de Yrigoyen y Alfonsín.

"Ahora al peronismo muchos le quieren enseñar qué es la libertad", cruzó la vicemandataria a sectores liberales al evocar el retorno de Perón al país del exilio, y advirtió: "que nadie venga a explicarnos a los peronistas qué es la libertad y la democracia de poder elegir, opinar y hablar".

El "Partido Militar" fue una de las expresiones más usadas por la líder del kirchnerismo, que sentó su mensaje en la defensa de la democracia y la convivencia entre sectores opuestos. La ex presidenta aclaró a su militancia: "el primer golpe fue contra el radicalismo en 1930 contra el gobierno nacional y popular de Hipólito Yrigoyen. Seamos justos". De inmediato, de todas formas, destacó que: "con Evita incorporamos el voto femenino y con Perón a los trabajadores a la vida política de la Argentina".

En un nuevo cruce contra el liberalismo, señaló: "hablan de 70 años de peronismo y hace 50 años, cuando Perón volvió, hacía 20 años que el peronismo estaba proscripto. Aprendan a sumar y restar, ahora entiendo algunos préstamos que tomaron", ironizó, en referencia al crédito del Fondo Monetario Internacional que contrajo el gobierno de Mauricio Macri.

Menú para la oposición

La presidenta del Senado desplegó un posible menú de temas para la conversación con la oposición, que incluyó convivencia democrática, seguridad, alimentación, economía y salarios.

"Algunos hoy ponen en duda el valor de la democracia. Es el valor de la vida. Con la democracia no se puede comer, trabajar y educar, pero sí se puede vivir", expresó la vicepresidenta y continuó con una evocación del triunfo electoral de Raúl Alfonsín en 1983. "Aquel 30 de octubre inauguró un acuerdo democrático: ningún argentino ponía en peligro su vida por opinar, militar o pensar diferente. Este fue el gran logro. Podíamos tener todas las diferencias del mundo, pero a nadie se le deseaba la muerte por pensar distinto", enfatizó.

A continuación, aludió al intento de magnicidio en su contra y sumó una propuesta de confluencia con la oposición para aislar a la derecha extrema. "El gran pacto democrático de respetar la vida se quebró el 1° de septiembre (NdeR: la noche que quisieron matarla). Es obligación de todas las fuerzas políticas de la Argentina volver a ese pacto, separando a los violentos y al lenguaje del odio. Ningún partido político en la Argentina puede aceptar esto, sería retroceder a etapas predemocráticas", instó.

"Debemos recuperar el debate y acuerdo democrático el tema seguridad", prosiguió la ex jefa de Estado el listado de asuntos a conversar con la dirigencia opositora. "Hay que terminar con debates absurdos de 'garantistas' por un lado y 'mano dura' por otro, porque la democracia tiene una deuda con la vida de los vecinos", indicó. Y puso como ejemplo a su ex secretario de Seguridad y actual ministro de esa cartera bonaerense, Sergio Berni, fuertemente enfrentado a la gestión nacional, a la que Cristina cuestionó, veladamente, por los operativos recientes contra los mapuches.

"Durante nuestro gobierno desplegamos miles de gendarmes en el Conurbano con el Operativo Centinela. No sé porqué no podemos hacer lo mismo,. en lugar de tenerlos en la Patagonia, nadie sabe haciendo qué", apuntó.

Luego apeló a "ordenar la sociedad" y definió que "el orden es que la familia argentina vuelva a comer en su casa, no en los comedores y colegios".

En un alto de su exposición, citó a Perón para contestar a los cánticos que clamaban por su candidatura presidencial, que no negó ni confirmó: "todo en su medida y armoniosamente", sugirió.

El discurso también incluyó un mensaje a las distintas facciones del peronismo, en especial sus detractores. Lo hizo al referir sectores opositores extremistas que, afirmó, desearían "suprimir" al peronismo. La ex mandataria recordó su centralidad en el PJ: "sin Cristina hay un peronismo dividido, fragmentado, inocuo y neutralizado para cualquier proceso de cambio", aseguró.

En el párrafo económico de su llamamiento, convocó a un "consenso económico", en el que "no todos opinemos igual, sino que abordemos los graves problemas que tiene la Argentina". Aunque puso ciertos límites, como privatizaciones de empresas de propiedad nacional, puntualmente Aerolíneas Argentinas, y de jubilaciones.

La ex presidenta incluyó a los libertarios referenciados en el economista y diputado de La Libertad Avanza, Javier Milei, a quien no mencionó, como suele hacer con sus alusiones. "Una fuerza política 'novedosa' dice que hay que volver a los '90. Y dicen que son lo nuevo. Lo único nuevo somos nosotros, que cambiamos a la Argentina después de la crisis del 2001", remarcó.

Y en un pasaje referido a la militancia peronista previa a la dictadura militar, desempolvó el pasado 'montonero' de la presidenta del PRO, Patricia Bullrich: "que cada uno se haga haga cargo de esa época y que alguna no nos venga a hablar ahora del orden. Nosotros nunca estuvimos del lado de la violencia".

También recordó, nuevamente, el último empréstito del FMI. Calificó que "en 2015 empezó un tobogán que parece no tener fin", y destacó especialmente: "el gran punto de quiebre fue volver a un brutal endeudamiento del país, que condiciona absolutamente nuestras políticas, dificultad que se suman a problemas estructurales, como la economía bimonetaria".

Como corolario de su convocatoria a la oposición, insistió: "creo en la necesidad de acordar políticas. Las elecciones se pueden ganar, pero los condicionamientos son tan graves y profundos requieren que todos, o la mayor parte, de los argentinos, tiremos para el mismo lado. Si no, nuestro país será difícil para cualquiera".

Al referirse a la cuestión salarial y la economía del trabajo, exhibió cifras de la participación del salario de los trabajadores en el Producto Bruto Interno nacional y resaltó el nivel que alcanzó hasta 2015, al final de su última presidencia. Retomó las críticas a su segundo gobierno y consideró: "fue malo para los angurrientos y los que nunca les alcanza, pero los trabajadores podían ahorrar y vacacionar. No vivíamos en Disneyworld. No existe la sociedad sin problemas".

La vicepresidenta, en medio de versiones que alientan su condena en la causa 'Vialidad' y la reapertura de la denominada 'Los Sauces', dedicó unos minutos a cuestionar el "Partido Judicial". Ratificó su proclama de "democratizar la Justicia" y apuntó contra "jueces puestos a dedo, presionables y eternos en sus cargos". Incluso recurrió el drama de la violencia de género y los femicidios. "Las mujeres van 20 veces a los Tribunales. Después las encuentran muertas y nadie se hace cargo de nada", acusó.

Promediando el final del discurso, advirtió que la situación mundial de la pospandemia "viene muy fulera, con graves problemas geopolíticos y disputas que están por afuera de nuestras posibilidades" y propuso: "fortalezcámonos acá para defender recursos naturales, el litio, la Hidrovía (Paraná-Paraguay), Vaca Muerta y el agua".

Por último, dejó entreabierta la puerta a la candidatura presidencial que por ahora mantiene en vilo. No la confirmó pero dejó un fuerte mensaje electoral en torno a su figura: "podemos volver a esa Argentina porque ya la hicimos, la gente tiene que decidir si quiere volver a hacer esa Argentina que alguna vez tuvieron", cerró.

CONCORDIA

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