Tras allanamientos, rescataron en Entre Ríos aves en peligro de extinción que llegan a comercializarse por $1.000.000

La Brigada de Abigeato Paraná llevó a cabo un allanamiento en la ciudad de Paraná que derivó en la incautación de varias aves en peligro de extinción, evitando su probable comercialización.

El procedimiento permitió rescatar una serie de ejemplares cuyo valor de mercado puede alcanzar hasta un millón de pesos. Se trata de aves como el Cardenal amarillo y el Boyero, cuyo destino hubiera sido la cautividad, limitando su libertad y su supervivencia en su hábitat natural.

El trabajo conjunto entre la Dirección de Recursos Naturales y Fiscalización de Entre Ríos y la Brigada Paraná de la Dirección de Prevención Delitos Rurales resultó clave para llevar a cabo la investigación.

Las tareas de campo y los indicios recolectados apuntaron a una posible red de comercialización ilegal de aves, lo que derivó en la identificación de los involucrados y la localización de la vivienda en Barrio San Agustín, donde se mantenían a las aves.

Tras las investigaciones y con la autorización del Juzgado de Garantías N° 4, a cargo de Julián Vergara, se realizó el allanamiento en un domicilio de calle Coronel Camino en Paraná. En el operativo se lograron incautar importantes elementos relacionados con la captura y comercio ilegal de aves. "Se secuestraron un total de 13 jaulas, como así también 6 hierros perchas, 3 recipientes con alimento, y como objetivo principal, 13 aves", explicó el titular de Abigeato, Leandro Peralta a FM Estación Plus Crespo.

El procedimiento permitió la recuperación de diversas especies, algunas de las cuales se encuentran en peligro de extinción y son muy valoradas en el mercado negro. Las aves halladas incluyeron dos Juan Chiviros o Pepiteros comunes, un Siete colores, un Pepitero verde, dos Reinas Mora comunes, un Cardenal amarillo, un Cardenal colorado, una Corbatita, dos Cabecitas negras, un Mixto común y un Boyero.

Luego de ser rescatadas, las aves serán liberadas en zonas costeras alejadas de la urbanización, donde podrán recuperar su libertad en su entorno natural.

Mientras tanto, las jaulas utilizadas para su cautiverio serán destruidas, en cumplimiento con la legislación vigente sobre la protección de la fauna.

Por otro lado, los moradores del domicilio, incluido el principal sospechoso identificado en el expediente, fueron “correctamente individualizados” y quedarán a disposición de las autoridades competentes.